¿Se te ha pasado alguna vez por la cabeza la posibilidad de dañar o perder tu alianza durante la luna de miel? Lamentablemente es más frecuente de lo que parece. Para evitarlo, ten en cuenta los siguientes consejos.
No hay nada como dañar o perder tu alianza para arruinar la luna de miel. Y es que, si la vida en común de vuestra pareja comienza con un percance que afecte al símbolo de vuestro amor eterno, lo menos que os llevaréis será un disgusto de aúpa.
Afortunadamente, en LucíaSeCasa hemos reunido algunos consejos que te ayudarán a regresar a casa con tu anillo sano y salvo.
Estas recomendaciones sobre el cuidado de las joyas en los viajes te servirán, además de en vuestra luna de miel, en todos los viajes que realicéis como turistas a partir de ahora.
Trucos para no dañar ni perder tu alianza durante tu luna de miel
Guárdala con cuidado
Si no la vas a llevar puesto todo el rato, por ejemplo, porque vais a realizar actividades acuáticas o deportivas en las que no se recomiende el uso de joyas, o porque vais a realizar un viaje largo en avión y prefieres llevar los dedos libres, lo mejor para no dañar ni perder tu alianza es guardarla bien.
Es posible que lleves un joyero de viaje, pero las alianzas de boda son demasiado preciosas para mezclarlas con el resto de collares y pulseras, que pueden rayarlas. Hazte con unas cajas de anillos forradas o con bolsas de tela suave y deposítalas en ellas siempre que no las llevéis puestas.
Asegúrate de dejarlo siempre en un lugar seguro
Parece de sentido común, pero es fácil pasarlo por alto. Nunca dejes tu anillo cerca de una piscina, en un sillón, en la mesilla de noche de la suite de tu hotel… En sitios, en definitiva, donde pueda correr algún tipo de riesgo. La mejor opción es contar con una caja fuerte en la habitación donde dejar las joyas cuando no las vayáis a llevar puestas.
No nades con tu alianza puesta
No solo las playas son peligrosas para los anillos. También lo son las piscinas. Y no por lo difícil, sino imposible, que pueda resultar su rescate si se escapan de la mano. También por el daño que puede ocasionar el cloro sobre las piedras y metales preciosos, que puede decolorarlos. Si decidís daros un baño, la caja fuerte sigue siendo lo ideal.
Huye de la protección solar… sobre tu anillo
La protección solar mancha y reduce el brillo de las piedras preciosas. Antes de darte crema, asegúrate de quitarte los anillos (y dejarlos a buen recaudo). En caso contrario irás recubriéndolos de residuos que irán alterando progresivamente su naturaleza.
El sol y la arena son enemigos naturales
La luz y las altas temperaturas desvanecen el color de las gemas naturales, mientras que la arena puede erosionarlas. Además, los granos de arena pueden atascarse en el engarce del anillo y rayarlo.
Imprescindible: contrata un seguro
Independientemente del destino que elijáis para vuestra luna de miel, viajar conlleva un mayor riesgo, en general, que la vida diaria para las joyas. Nuestra recomendación es tasar y asegurar tus anillos inmediatamente después de adquirirlos. Si no te interesa hacer un seguro específico para ellos, también puedes tratar de incorporarlos al seguro de hogar. Si ninguna de estas posibilidades te convence, o prefieres dejarlo para después de la luna de miel, asegúrate de contratar un seguro de viaje que cubra la pérdida o robo de tus joyas.