El pasado mes de Mayo, la histórica joyería Aldao celebró sus 111 años de actividad en el sector de la alta joyería con una cena tipo cóctel para sus clientes en su reciente y única ubicación en la calle Argensola.
Un espectacular espacio, alejado de las miradas y los escaparates, que ha conseguido crear una nueva e íntima experiencia para el cliente.
La joyería Aldao rinde homenaje a sus orígenes
La velada estuvo amenizada por la música en directo de Hinves, otro negocio familiar que comparte los valores de artesanía, tradición e innovación. Se hizo un bonito recorrido por la historia de Aldao con una selección de piezas musicales que partían del 1911 hasta el día de hoy, interpretadas en un maravilloso Steinway & Sons, con sorpresa para los asistentes cuando el pianista Eduardo Frías alejó sus manos y el piano continuó tocando sólo. Una preciosa manera de homenajear la trayectoria de Aldao.
Un paseo en forma literaria por el Madrid de principios del siglo XX, estuvo también presente esa noche en las exquisitas descripciones de la novela Papel y Tinta, de la joven escritora María Reig, quien tuvo el detalle de dedicar ejemplares de su obra a los asistentes. En ella, además de mencionar en dos ocasiones a la joyería, describe exquisitamente el Madrid de la época. Tanto la protagonista de la novela en la ficción, como la hija del fundador, Antoñita, ejercieron profesiones que entonces se consideraban masculinas.
La joyería vistió sus vitrinas con las piezas más importantes y representativas de la casa, acompañadas por bocetos y fotografías antiguas de sus inicios en Gran vía.
No faltaron detalles como exquisitos portarretratos adornados con esmeraldas o un número original con un anuncio de Aldao en la revista ilustrada La Esfera.
La familia quiso celebrar este aniversario con todos los sentidos. El despliegue de aroma y sabor vino de la mano de los jóvenes hermanos leoneses al frente del restaurante Sto Globo sushi room, con su alabada comida japonesa de fusión, en la que Galicia estuvo presente en forma de nigiri de vieira tostada o roll de erizo de mar.
Los obsequios a la salida de los asistentes fueron cuidados al detalle: una hortensia azul natural, otro guiño a sus orígenes gallegos, y una de las fotografías antiguas de la joyería impresa sobre un tejido de algodón con bordes rasgados.
Una celebración del pasado y presente, marcados por la continuación de los valores de la marca, con la mirada puesta en el futuro sin perder la esencia de una joya Aldao.