Ir a comprar el vestido de novia puede ser una ardua tarea… Pero ríete de tu misma y disfruta del momento. Una vez lo tengas, serás la más feliz del mundo.
Comprar el vestido de novia es todo un subibaja de emociones
La experiencia de comprar tu vestido de novia suele traer una lista de sentimientos con ella. Probarte vestidos frente a una audiencia puede ponerte un poco nerviosa y saber que es el vestido más importante de tu vida, aún más. Sabemos lo que se siente en ese proceso que es la búsqueda del vestido de novia y lo abrumador que puede llegar a ser. Pero, tomémonoslo con a la ligera y riámonos un rato. Estamos aquí para apoyarte y hacer la búsqueda más fácil o, al menos, más amena.
(Al final vale la pena).
1.La ilusión de entrar al atelier.
2.La transformación mágica que sientes al probarte el primer vestido.
3.Ese sentimiento cuando tienes “problemillas” en el probador y estás sola.
4.Una vez te sientes cómoda y ya te has probado varios, tu confianza sube por las nubes.
5.Las reacciones negativas de tus amigas.
6.Cuando no puedes seguir buscando más.
7.Cuando te encanta un vestido y alguna de tus amigas lo odia.
8.Cuando tu madre te ve con el vestido elegido puesto.
9.Cuando encuentras el vestido.
10.Cuando te lo llevas a casa.
11.La fase de no querer quitarte el vestido postboda.