El aplazamiento de la boda de la princesa Mako de Japón, sobrina del emperador de Japón, ya no es ninguna sorpresa.
Fue en el año 2018 cuando se anunció este enlace para el 4 de marzo de 2019. Sin embargo, la Casa Imperial comunicó que se posponía esa celebración hasta el año 2020 por “falta de preparación”, en relación a que sostenían que era un enlace “apresurado”.
Un compromiso lleno de objeciones
Ahora, el príncipe heredero y hermano del emperador, Akishino, parece haber dado el visto bueno a que esta boda se celebre. Sin embargo, no ha dejado pasar la oportunidad de agregar algunos matices: “Yo apruebo que se casen. La Constitución dice que el matrimonio se basará únicamente en el consentimiento mutuo de ambos sexos. Si eso es lo que realmente quieren, entonces creo que es algo que debo respetar como padre”, declaraba el príncipe heredero Akishino, padre de la novia.
Cuando todo parecía estar dispuesto para que, por fin, se celebrará ese enlace… Akishino agregó: “Para que todos se convenzan y celebren el matrimonio, es importante que se resuelva el tema”, dijo en relación al problema financiero que tiene la familia del novio y que, primero, debe solventar. Ese problema financiero se debe a que, según apunta la revista Shunkan Josei, la madre de Komuro pidió prestado a su pareja 4 millones de yenes (30.000 euros aproximadamente) para poder concederle a su hijo la matricula y manutención de sus estudios universitarios. Una cifra que, al parecer, su ex pareja le habría reclamado y que de momento no ha devuelto.
Cabe recordar que el padre de Komuro falleció cuando él aún era muy pequeño y, desde ese entonces, vive con su madre y su abuelo. Entonces, ¿se celebrará finalmente esta boda pese a las objeciones de la Casa Imperial? El deseo de la pareja es firme y quieren pasar el resto de sus vidas juntos. Sin embargo, parece que no será la Casa Imperial quien ponga fecha a su gran día.