Se cumplen 40 años de la boda de Lady Di con el Príncipe Carlos de Inglaterra. Recordamos los detalles de esta celebración histórica que tuvo lugar ante millones de espectadores de todo el mundo y que, sin embargo, resulto ser todo menos idílica.
El 29 de julio de 1981 las cámaras del mundo entero retransmitieron en directo la boda entre el heredero de la corona británica y la bella aristócrata inglesa de 20 años. Considerada como ‘la boda del siglo’, la retransmisión del enlace de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales contó nada menos que con setecientos cincuenta millones de espectadores.
Lady Di, como la bautizaron entonces los medios, apareció cual Cenicienta en una carroza y con un vestido al más puro estilo princesa, enamorando a los espectadores. Sin embargo, lo que se mostró como un cuento de hadas poco tenía que ver con ello en realidad.
Carlos y Diana, el origen de su historia
Lady Diana Spencer, hija de los Vizcondes de Althorp, conoció al Príncipe Carlos de Inglaterra siendo muy joven. Su familia tenia buena relación con los Windsor, ya que Sarah, la hermana mayor de Lady Di, era muy amiga del príncipe. Cuando este cumplió 30 años, organizó una fiesta e invitó a Sarah, pero le pidió que fuese acompañado por su hermana menor, Lady Di. Fue ahí cuando las hermanas se dieron cuenta de las intenciones del Príncipe. Dulce, rubia, con ojos azules y con un expediente intachable, Diana era todo lo que necesitaba Carlos para construir su futuro.
Después de aquel día, Diana y Carlos coincidieron en varios eventos. Fue entonces cuando los medios de comunicación se fijaron en la tímida chica y comenzaron a hacer especulaciones. Diana trabajaba como asistente y profesora en el jardín de niños Young England, en Knightsbridge. El 24 de febrero de 1981, el príncipe Carlos presentó a Diana como su prometida, entregándole el famoso anillo de zafiro y diamantes que años después el príncipe William cedería a su esposa, Kate Middletton.
La boda de Lady Di
La boda de Lady Di y el príncipe Carlos se celebró un soleado día de julio. Se dieron el «sí, quiero» en la Catedral de San Pablo, en Londres. Muchos británicos acudieron a los alrededores de la catedral para acompañar a los novios a la llegada y a la salida del templo y más de seiscientas mil personas les siguieron a lo largo de su recorrido. Eso sin contar los millones de telespectadores que siguieron el evento por televisión.
Diana llegó a la Catedral de San Pablo en un carruaje típico de película tirado por caballos. Con tan solo 20 años, la joven caminó hasta el altar coronada con una preciosa tiara, la famosa tiara Spencer, perteneciente a su familia, y un voluminoso velo.
El vestido acaparó la atención de todas las miradas y de todas las cámaras. De su diseño se encargaron los diseñadores David y Elizabeth Emanuel, cuya primera cliente de alta costura había sido Bianca Jagger, también para vestirla el día de su boda.
El vestido era digno de una princesa de cuento: mangas voluminosas, una cola de casi ocho metros de largo, cintura ceñida y bordados con perlas y lentejuelas. Además, llevaba una herradura con diamantes bordada en la cintura como talismán de la buena suerte.
Los diseñadores contarían años después que, tanto ellos como Lady Di quisieron batir el récord de la cola royal más larga, con más de metro y medio de longitud sobre la anterior. La pieza era tan larga que la pareja de diseñadores se tuvieron que trasladar a un ala abandonada del Palacio de Buckingham para realizarla.
Diana de Gales había pasado tantos nervios con los preparativos de la boda que perdió 13 centímetros de cintura. Los diseñadores tuvieron que ajustarle el vestido para que quedara perfecto y bien ceñido. Para completar el look nupcial David y Elizabeth Emanuel añadieron un lazo azul para seguir con la tradición: algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul. Ese lazo le traería «suerte» en su nueva vida de casada.
Estos diseñadores también se encargaron de los zapatos de novia. Eran de tacón bajo, para no superar la altura del príncipe Carlos, y estaban adornados con un corazón compuesto por lentejuelas y perlas. También llevaban pintados a mano las iniciales C y D. A los diseñadores no se les escapó ni un detalle y, por si llovía, tenían preparado un paraguas en color marfil bordado con perlas y encaje.
Diana estuvo muy tranquila durante la ceremonia. Solo le delataron los nervios cuando dijo los nombres de Carlos en el orden incorrecto. En lugar de llamarlo Charles Phillip, lo llamó Phillip Charles.
Curiosidades en la ceremonia y la boda de Lady Di
- Diana y Carlos fueron los primeros royals que romperían con la tradición de «obedecer» en los votos matrimoniales.
- A Carlos se le olvidó sellar sus votos con un beso.
- El príncipe Carlos eligió la Catedral de San Pablo en lugar de la Abadía de Westminster porque le parecía más bonita y más espaciosa y «podía albergar una orquesta entera y su coro era mundialmente famoso», cuenta Lady Colin Campbell en Diana.
- Ellos fueron quienes iniciaron la tradición del beso en el balcón del Palacio de Buckingham. De hecho, ese beso se convirtió en un icono de la década de los 80.
- Lady Di llevó dos ramos de flores, ambos en color blanco y en forma de cascada. Utilizó dos ramos idénticos, uno para las sesiones de fotos y otro para el día de su boda.
- Diana usó por primera vez la famosa tiara «Spencer Tiara», perteneciente a su abuela y utilizada por diferentes mujeres de la familia.
- Lady Di llegó al altar del brazo de su padre y padrino, el conde John Spencer, seguida de dos pajes y cinco damitas de honor, entre las que se encontraba una jovencita Lady Sarah Armstrong-Jones, hija de la princesa Margarita y sobrina de la reina Isabel.
- El Príncipe de Gales tuvo dos padrinos, sus hermanos el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo.
- Una de las damas de honor en la boda de Lady Di se tropezó, por lo que comenzó a llorar y la princesa la calmó.
- Camilla Parker Bowles, que había mantenido una relación amorosa con el príncipe Carlos y seguía siendo su amante, como se demostró después, asistió a la ceremonia, pero no al desayuno nupcial. Diana sabía del amorío y sospechaba que aún no había terminado, y ordenó que no fuera invitada a ese evento. Años después, la princesa Diana reconocería que vio a Camilla, ya casada, sentada entre los invitados en la iglesia cuando caminaba hacia el altar. Esto ensombreció su ánimo en el que debía ser el día más feliz de su vida. En una de sus polémicas entrevistas reconoció también haberse sentido como «un cordero rumbo al matadero».
- La tarta nupcial de la boda de Lady Di tenía cinco pisos, pesaba 100 kilos y tenía dos metros de alto. Fue realizada por la escuela de cocina de la Marina Real.
- La seguridad durante la boda de Lady Di fue máxima. La policía revisó alcantarillas, puso francotiradores e incluso utilizó perros para rastrear cada rincón.
La vida familiar después de la boda de Lady Di y Carlos de Inglaterra
A Diana no le costó adaptarse a la vida royal después de la boda. Acompañaba a Carlos a todos los eventos programados. En menos de un año después de su matrimonio, el 21 de julio de 1982, llegó el primer hijo: Guillermo. Tres años después, en 1985, presentaron al mundo al pequeño Enrique. Sin embargo, al poco tiempo la prensa se dio cuenta de que la relación no iba bien.
En un viaje a la India, Diana se sentó sola en el Taj Mahal, una foto que dio la vuelta al mundo. La relación estaba deteriorada. La biografía de Andrew Morton: «Diana: su verdadera historia», en la que amigos y gente cercana a Lady Di participaron tras su aprobación, trató todos los rumores surgidos durante el matrimonio: la batalla de Diana con la bulimia, sus intentos de suicidio y los celos que sentía hacia Camilla Parker, de quien sospechaba que mantenía una relación con Carlos.
En 1992 llegó la noticia que todo el mundo esperaba: los Príncipes de Gales se separaban. El divorcio finalizó en agosto de 1996. En una entrevista que Lady Di concedió a la BBC habló de sus problemas alimenticios, de la mala relación que tenía con la familia real y también confesó haber sido infiel al Príncipe con James Hewitt, un oficial de la Armada Británica.
El trágico final de Lady Di
Su trágico final llegaría un año después, en 1997. Diana parecía haber rehecho su vida al lado de Dodi Al Fayed, hijo del millonario empresario egipcio Mohamed Al Fayed, cuando la pareja sufrió un accidente de tráfico que segó su vida junto a la del propio Dodi y un tercer pasajero. La noticia causó un gran impacto, sobre todo a los hijos de Diana y Carlos, que aún eran unos niños.