Volvemos con una nueva boda de la semana. Sus protagonistas, Marina y Álvaro, eran amigos de toda la vida, hasta que un día, la distancia les hizo darse cuenta del amor que sentían el uno por el otro. El destino es caprichoso, y es evidente que quiso juntarles.
Marina y Álvaro sellaron su amor con una boda rústica muy romántica. ¿Los novios? Guapísimos. ¿La decoración? Una puesta en escena preciosa. Te contamos todos los detalles.
La novia
La novia se enfundó en un precioso vestido de Franc Sarabia by Manu Alvarez. El diseño, de estilo romántico en crep natural dejaba al descubierto parte de la espalda de la novia. Los zapatos, unas sandalias en glitter de Paco Mena by Menur. Como complemento, la novia se decantó por un abanico blanco con detalles en tonos azules y rosas. Las joyas, unos pendientes largos, regalo de su madre.
La novia optó por un maquillaje en tonos naturales. El peinado, un semi recogido a un lado, sujeto por un precioso pasador unido al velo.
Del ramo de la novia y toda la decoración floral se encargó el equipo de Ellegantia, quiénes realizaron unas composiciones florales muy naturales y elegantes en tonos lilas y rosas.
Álvaro, el novio, vistió un elegante chaqué gris oscuro y corbata azul con lunares blancos.
Ceremonia y celebración
La ceremonia tuvo lugar en La Iglesia de Puente Genil, Córdoba. Los profesionales de Ellegantia se encargaron de darle vida a la parroquia desde la propia entrada hasta el retablo. La cestería, el brezo y los caminos de flores fueron los protagonistas indiscutibles de la decoración. Por su parte, la celebración se desarrolló en la Hacienda Dehesa del Colmenar, Córdoba. Una finca que dispone de un amplio abanico de espacios para celebrar cualquier tipo de evento.
¿El momento más emotivo de la boda? La entrada al salón de los novios, con la canción preferida de Álvaro, “living on a prayer”, sonando de fondo.
Los detalles de la boda
La boda de Marina y Álvaro estuvo repleta de detalles. El seating plan se creó sobre dos escaleras unidas por una cuerda y unas pequeñas cartulinas sujetas con pequeñas pinzas de madera con la información de cada mesa. ¿El toque único? Los elementos de alrededor integrados perfectamente en el entorno: el juego entre palets y jarras de metal. Además, para el cóctel de bienvenida, los novios optaron por ofrecer a los invitados, en forma de buffet, unos aperitivos con distintas temáticas. El puesto de panes y aceites tuvo un éxito especial.
Pero esto no es todo. La boda de Marina y Álvaro contó con infinitas sorpresas. Destacamos el baile, la música en directo, el fotomatón,la cigarrería, un kit antiresaca y un apetecible puesto de kebabs.
¡¡Vivan los novios!!