Andrea y Miguel Ángel se casaron el año pasado, en septiembre, un increíble enlace en una casa de ensueño que contó con un equipo con estrella: el del Cenador de Amos
Andrea y Miguel Ángel se conocieron en su colegio mayor de Madrid, el Loyola, durante su época de estudiantes. Los dos son de fuera, Andrea de Santander y Miguel, de Burgos y estaban estudiando en la capital. Tenían 19 años cuando se conocieron y, desde ese mismo día, nunca se ha separado. Hoy os contamos cómo fue su gran día.
Andrea y Miguel Ángel: los novios
- Vestido de novia
Andrea sabía desde el principio que quería un vestido de novia a medida y por eso confió en Helena Mareque.
A Andrea le encanta la moda y un vestido hecho especialmente para ella le hacía mucha ilusión. Tenía muchas ideas en su cabeza y Helena fue su primera opción ya que, todos sus vestidos le parecían que tenían mucha personalidad y unas telas espectaculares.
Y así fue, de tal manera que, después de su encuentro con Helena no visitó a nadie más. Juntas se inspiraron en un vestido de noche negro, un vestido de alfombra roja que es lo que Andrea quiso siempre.
Para darle un toque aún más nupcial y cubrirse los hombros decidieron ponerle una capa de seda rizada que dejaba ver el precioso tejido del vestido.
- Las joyas
Para los pendientes, Andrea tenía claro que quería que fueran unos aros ya que son los pendientes que siempre utiliza y los que más le gusta a ella y a Miguel.
“Me los regaló mi hermana y diseñamos unos aros de diamantes en baguette y oro blanco”.
También llevó su anillo de compromiso y una pulsera en oro blanco y amarillo que le prestó su madre esa mañana para llevar ese “algo prestado”.
- Las flores
El ramo estaba hecho con gerberas, la flor favorita de Andrea.
“Decidí ponerlas en colores vivos y primaverales para darle un toque divertido al look elegante, algo que va mucho con mi carácter. Tenía 9 flores por ser mi número favorito, y la fecha de nuestra boda. Estaba decidido en ramos de tres flores que entregué a mi hermana y dos de mis mejores amigas”
- Los zapatos
Para los zapatos, Andrea se decantó por unos stilettos blancos de Jimmy Choo para que no restasen elegancia al vestido. “Me parecen un acierto asegurado para un look nupcial y el que mejor combinaba con el estilo de mi vestido.”
- Maquillaje y peinado
En cuanto al maquillaje, nuestra protagonista no le dio muchas vueltas. Quería algo muy natural, del mismo estilo que suele lucir cuando se arregla.
La decisión del peinado sí que le costó algo más ya que siempre se había imaginado con una trenza. “Cuando tenía el vestido casi acabado dejó de gustarme esa idea y, mi madre, Helena y yo pensamos en la idea de llevar un pedazo de la capa como lazo agarrado con una coleta. ¡Me encantó el restado final!”
- El novio
Miguel llevó un chaqué a medida en color azul marino de una tienda de referencia en Santander, Ramiro Díaz.
“Sabía que escogería ese color antes de verle”, nos cuenta la novia.
- La madrina y la madre de la novia
La madre de Andrea también vistió de Helena Mareque con un vestido violeta que surgió de estar probando telas por encima para un diseño mucho más ceñido. Les gustó tanto cómo quedaba la tela simplemente por encima, que de nuevo Helena hizo su magia. Acompañó su vestido con una tocado del mismo color.
La madrina también guapísima, con un vestido en rosa empolvado y mantilla blanca. Muy elegante.
La ceremonia y la celebración
La ceremonia fue en la colegiata de Santillana del Mar, un lugar histórico y espectacular. La novia llegó con el padrino en un coche descapotable de lo más cuqui.
La celebración fue en una casa de 1900, la conocida como Casa Duque, de Almodóvar del Río. “Una de las cosas que buscábamos es que donde nos casásemos tuviese vistas al mas y, aunque parece fácil, para nada lo es”, cuenta la novia.
“Hay muy pocas opciones con esta premisa. Comillas siempre nos ha parecido un pueblo precioso, de cuento así que, cuando supimos de esta casa lo tuvimos claro. El único “pero” es que al ser una finca privada, nos tocaba hacernos cargo de todo lo demás.”
“Confiamos en el equipo de Cenador de Amós ya que si buscas algo excelente en Cantabria este es el sitio. Mis padres conocen el restaurante desde sus inicios y han tenido la suerte de visitarlo en varias ocasiones. Nos hacía mucha ilusión que todos los invitados pudiesen probar un pedacito de los manjares que ofrecen.”
“Tuve la inmensa suerte de trabajar con Carmen en crear la boda perfecta y eso que para ellos también era un evento complicado, ya que hay mucho desnivel en el terreno y nunca habían celebrado una boda allí”
“El resultado fue mejor de lo que me había imaginado y con lo que me quedo del Cenador de Amos, a pesar de que es difícil no quedarse con la comida, es con su equipo. Todos y cada uno de ellos fueron un encanto y nos ayudaron a disfrutar aún más”, nos cuenta la novia.
Los invitados disfrutaron de la música frente al mar mientras probaban exquisitos bocados.
- Las invitaciones y el regalos para los invitados
Los novios optaron por invitaciones digitales. A Andrea le encanta pintar con el iPad e hizo un calco de la preciosa casa, una invitación DIY. En cuanto al regalo para los invitados, fue de lo más especial. Andrea y Miguel han creado una marca de gafas que se llama Minor Eyewear, así que no había mejor regalo para todos. Los invitados tenían en su mesa una de sus gafas, perfectamente escogidas para ellos, ¡hasta lo peques! Un año después confiesan que no se las quitan.
- El momento más emotivo
“No sabría qué decir, fue todo tan bonito… Me quedaría con el momento cogiéndonos de la mano en la iglesia, el abrazo de mi madre cuando le di el ramo a mi hermana y el discurso de mis mejores amigas”, nos cuenta emocionada la novia.
- Invitadas más elegantes
Todos los testigos iban guapísimos y eso es innegable.
“Todas mis amigas iban vestidas del mismo color. Una “americanada” en honor a mis años en Estados Unidos. Me encantó”. Andrea nos confiesa que es una persona muy visual y que necesitaba que todo pegase y no se decepcionó.
- El fotógrafo y videógrafo
Sin duda, todo un descubrimiento para los novios. A Andrea le encanta la fotografía y para ella esto era una cosa muy importante en la planificación. Ya llevaba tiempo guardado algunos fotógrafos de bodas en su archivo de Instagram, pero sus favoritos eran @lahuella.quedejas.
“En cuanto me puse a organizar la boda, y sí, antes de elegir la finca, les contacté. Mis familiares, incluido mi marido, me pusieron de loca por traer a unos fotógrafos desde la otra punta de España (ellos son de Granada) pero cuando vieron el resultado lo entendieron todo. ¡Además, son los cuatro encantadores!”
- Luna de miel
Para el viaje, nuestros novios escogieron Japón y Filipinas. A ellos les apetecía mucho viajar a Japón, ya que tenían un viaje planeado al país que se canceló por la pandemia.
Para ellos fue un viaje irrepetible. “Creo que estar de vacaciones junto con el subidón post-boda es un combo inmejorable”.