De la boda de Clara y Juan Andrés, celebrada en un especial cortijo granadino, nos quedamos con su ambientazo y con el magnífico vestido de la novia, un diseño a la carta en estilo vintage de Clara Brea.
Clara y Juan Andrés se conocieron al final de sus respectivas carreras en Granada, la ciudad en la que ambos llevaban algunos años estudiando. Varias casualidades les llevaron a encontrarse y a sentir el flechazo que impidió que volvieran a separarse.
Así fue la boda de Clara y Juan Andrés
Él, de la localidad almeriense de Garrucha, y ella, de Ceuta, aunque ahora viven en Madrid, decidieron casarse el 9 de septiembre de 2017 en la ciudad donde se enamoraron y donde habían vivido sus primeros años juntos. Y eligieron el Cortijo de Enmedio, una casa de labranza andaluza de principios del Siglo XIX, para celebrar tanto la ceremonia como el banquete.
“El lugar que elegimos está en plena Vega de Granada, y tiene un precioso patio de olivos –explica Clara-. La ceremonia, que fue civil, la ofició un amigo nuestro concejal que fue testigo de nuestros primeros momentos como pareja”.
Clara asegura que la organización fue fabulosa, y que no necesitaron recurrir a wedding planners porque “Leticia, nuestro contacto del Cortijo, se encargó de ayudarnos en todo”.
El vestido de la novia
Clara eligió un vestido de la diseñadora Clara Brea para vestirlo el día de su boda. “Yo tenía claro que quería algo con un toque vintage y con el escote cruzado en homenaje al vestido de novia de mi madre, y Clara supo captar enseguida lo que buscaba y lo que quería transmitir–explica la novia-. De hecho, fue el primer atelier que visité, y por el que al final me decidí”.
El resultado fue un diseño muy romántico y vaporoso, con una falda de godes en gasa sedosa y un cuerpo ablusonado de manga larga con el requisito del escote que Clara buscaba. Lo acompañaban unos delicados detalles de puntilla tanto en la falda como en la espalda.
“El tocado, en verde menta y oro viejo, me lo hizo Puntulina Tocados, y los zapatos a juego, en verde menta y oro viejo, me los hice en Salo”.
Clara acompañó su outfit con unos pendientes de oro viejo de su abuela materna.
Respecto a las flores, “buscaba un ramo que rompiese un poco con el romanticismo del resto del look, y se lo encargué a Carolina Bouquet” que preparó un ramo precioso, con un colorido espectacular.
El maquillaje y el peinado
“Los labios rojos, el eye liner bien definido y las pestañas marcadas son mi marca personal, así que ese día no podía ir distinta, y para ello confié en Sophie Make Up. El peinado también lo tenía bastante claro, un recogido bajo, sencillo y también con un aire vintage y para ello conté con BS Estilistas,” confiesa Clara.
El outfit del novio, la madrina y la madre de la novia
Juan Andrés vistió un esmoquin negro realizado a la medida en Sastrería Moderna que combinó con pajarita, fajín y gemelos rojos, y camisa blanca con botones en el mismo tono rojo. Para que el resto de invitados varones siguieren la misma línea, “les pedimos en la invitación que vistiesen traje oscuro, camisa clara y pajarita. ¡Todos fueron muy elegantes!”, asegura Clara.
La madrina, por su parte, lució un traje rosa de Manuela Roger, mientras que “mi madre confió, como yo, en Clara Brea, que le hizo un diseño en verde lima”.
Fue una boda muy elegante, aunque “me encantaría destacar a Marta, mi testigo, que iba con un vestido de Dolores Garrido; a Ana, mi cuñada, con un vestido de Uterqüe; y a mi hermana, Violeta, con un vestido de Etxart & Panno”.
Las invitaciones y el regalo de los invitados
Clara y Juan Andrés querían que sus invitaciones fueran especiales: “la pita es la planta favorita de Juan Andrés –explica Clara-, así que mi padre, que es un artista, nos pintó una al óleo para las invitaciones. Del resto del diseño se encargaron unos amigos”.
Con respecto al regalo de los invitados, “recopilamos en un CD las canciones que han marcado nuestra relación y que, además, habíamos utilizado para nombrar cada mesa, y lo sumamos a unas figuras con forma de caracol realizadas a mano por mi padre”.
El momento más emotivo
Fueron muchos los momentos emotivos de la boda de Clara y Juan Andrés. “Todos los momentos previos en el hotel preparándome; la llegada con mi padre al cortijo y el primer cruce de miradas con Juan Andrés; el intercambio de votos; las intervenciones en la ceremonia”.
“También cuando mis amigas de ballet nos bailaron El Verano de Vivaldi acompañadas por un trío de cuerda en directo”.
“La entrada en la cena también fue muy emocionante, elegimos la canción “Enamorada”, de Pedrina y Río, inspirados por el final de la película Kiki, en el que todos bailan en una verbena de verano, y creamos un momento muy mágico con todos nuestros invitados bailando”.
La luna de miel, el broche a la boda de Clara y Juan Andrés, fue un viaje a Grecia en el que tuvieron la oportunidad de recorrer Atenas y las islas de Milos y Santorini.