Emotiva y llena de detalles, la boda de Tania y Nacho contó con el escenario perfecto, Casa de Oficios, una de las fincas para bodas más especiales y con más tradición de Madrid. Te mostramos todos los detalles de este día mágico.
Tania y Nacho se conocieron dos años antes de empezar a salir a través de la prima de ella y su marido, uno de los mejores amigos de Nacho. A lo largo de ese tiempo coincidieron en contadísimas ocasiones y, aunque se llevaban bien, nunca se vieron como algo más. Fue durante la celebración del cumpleaños de la prima de Tania y de su marido, hace cinco años, cuando se redescubrieron y surgió la chispa que encendería la llama el amor. Se casaron el pasado 12 de noviembre de 2022.
El vestido de novia y los complementos
Tania eligió a Mon Air para diseñar su vestido de novia. “Fue muy especial hacerlo con ellas porque era uno de sus primeros vestidos de novia, y lo hicieron con una ilusión y un cariño maravillosos”, explica la novia. “Estoy muy agradecida de su trabajo”.
“También me hicieron ellas el tocado del pelo. Me entendieron desde el primer día y ni en mis mejores sueños hubiera imaginado un vestido tan bonito”, asegura.
El resultado fue un diseño en A, con escote delantero cuadrado y en forma de uve invertida en la espalda, con transparencias y detalles de encaje tanto en las magas como alrededor del escote trasero. Una capa de tul bordado que hacía las veces de cola cubría al vestido.
Lo acompañó con zapatos de Just Ene en color verde: “Fueron un regalo de mis amigas. Me encantó ir con ellas a diseñarlos”, explica.
Respecto a las joyas, “Tenía muy claro desde el principio que quería llevar la pulsera de mi madre, que previamente había sido de mi abuela. Así podía llevar a mi madre muy cerquita de mí ese día”, explica la novia.
Los pendientes fueron un trabajo mucho más difícil: “Quería algo original y con color, preferiblemente el mismo que el de los zapatos, un color complicado de conseguir. Badai Jewels me hizo los pendientes perfectos, un precioso regalo de mis amigas de la universidad. Tienen un significado muy bonito, porque cada uno lleva un eslabón de la pulsera de mi madre y el cierre está hecho con las alianzas de mis padres”.
Por último, “El ramo me lo regaló mi prima Virginia. Lo hizo una gran amiga suya que es una artista, @eme.artisan. En el lazo llevaba las iniciales de mis padres, ambos fallecidos. Fue muy bonito poder tenerlos en muchos detalles”.
“Además de mi ramo, @eme.artisan hizo réplicas de mi ramo que regalé a mis primas, que son más hermanas que primas, y a la hermana de Nacho. A mis mejores amigas también les regalé un ramillete de las mismas flores. Todos ellos iban atados con la tela de mis zapatos”.
Respecto al peinado y al maquillaje, se ocupó Noelia Barrio. “Noelia había peinado y maquillado a mis primas en sus bodas, y no puedo estar más contenta con el resultado”, asegura Tania. Lució una coleta anudada y un maquillaje muy natural en el que los labios y los ojos fueron los protagonistas.
Por su parte, Nacho lució un chaqué de Bon Vivant.
Le acompañó su madre, la madrina, de Rosa Clará.
Respecto a las invitadas, “Marta la hermana de Nacho iba impresionante”, asegura Tania. “Mi prima Maitena llevaba también un look muy top, y es que estaban todas guapísimas, tanto mis amigas, que llevaban meses eligiendo el mejor look para ese día, como mis primas”.
Ceremonia y celebración
Tanto la ceremonia como el banquete y la fiesta se celebraron en Finca Casa de Oficios, un espacio muy especial y situado en un entorno precioso a media hora de Madrid.
“Desde que entramos en la finca por primera vez supimos que era el sitio perfecto para nosotros, era justo lo que ambos queríamos. Habíamos visto cosas que nos habían gustado, pero nos encantaba la idea de casarnos en una casa antigua, con muchos espacios… Para nosotros era importantísimo también que tuviera un plan B si hacía mal tiempo que fuera igual de bueno que el plan A. Nos encajó todo desde el principio”.
Los novios eligieron su espectacular bodega para ofrecer la ceremonia. La cuidada iluminación y la delicada decoración de la estancia transformaron el momento en algo mágico. “Cuando entramos en la bodega y vimos la iluminación ya si que no tuvimos duda alguna de que era el lugar donde nos íbamos a casar”, asegura Tania.
“Ambos queríamos hacer una ceremonia civil, pero queríamos que fuera espectacular, y no veíamos un sitio más especial que aquel. Es un sitio mágico y así fue nuestra ceremonia, fue mágica por el entorno y por todo”.
“Inicialmente habíamos apalabrado con la finca como fecha para nuestra boda el 11 de junio, pero unos amigos nuestros nos comunicaron que se casaban el día anterior y era importante para nosotros y para nuestra familia acudir a aquella boda. Entonces tuvimos que aplazar la fecha a noviembre, porque no había fechas libres antes. Lola, la persona que nos atendía en Casa de Oficios, se portó muy bien con nosotros. Ya habíamos pagado la reserva e incluso se ofreció a devolvernos el dinero. El trato tan maravilloso que fue otra de las razones que nos hicieron quedarnos con ellos sin dudar”.
“Yo no quería casarme en noviembre, pero Nacho me convenció argumentando que si hacía frío en aquella finca íbamos a contar con un buen entorno, y la verdad es que no me arrepiento de haberme casado en ese mes, creo que fue la mejor decisión”.
“A lo largo de los meses hablamos con Lola de los diferentes detalles organizativos, fuimos otra vez a recorrer la finca para ver cómo queríamos las cosas y a repasar el plan B… Todo lo que pedimos lo hicieron realidad, estuvieron dispuestos en todo momento y cuidaron todo al detalle, por lo que estamos muy contentos. El resultado ha sido maravilloso”.
El Laurel, el catering de la finca, se encargó del delicioso banquete, que fue todo un éxito.
“Todo el mundo dice que la comida estaba buenísima, y yo también doy fe, porque comí muchísimo. En la prueba de menú también estuvo todo muy bueno y disfrutamos un montón. Lola se portó muy bien”.
“No tuvimos wedding planner, trabajamos mucho Nacho y yo en que todo saliera bien, cuidando cada detalle y la verdad es que salió todo mejor que bien. La finca nos dio un apoyo durante toda la organización, y el día de la boda estuvo al tanto de todo lo que pudiéramos necesitar nuestro amigo Nacho. Nos dieron todo lo que necesitamos. En la salida hubo que hacer un plan B porque empezó a llover muchísimo y aún así quedó todo precioso”.
“Repetiríamos mil veces nuestra boda en Finca Casa de Oficios”.
Las invitaciones y el regalo de los invitados
Los novios diseñaron las invitaciones: “Elegimos dos imágenes y encargamos su realización en acuarela. Graficas Mayan nos las imprimió”.
“El seating plan lo hicimos con acuarelas de los lugares que habíamos visitado juntos. Nos las pintó @blancartecheverria. Las imágenes de los meseros las imprimimos en un tamaño más pequeño y cada invitado tuvo un recuerdo de su mesa con una nota personalizada de nuestro puño y letra, nos pareció que era la mejor manera de agradecer a cada uno lo importante que ea para nosotros”.
“Además, cada invitado se llevó unos calcetines personalizados con nuestras iniciales y unos novios bordados. ¡A Nacho le encantan los calcetines!”, explica Tania.
Momentos más emocionantes
“En general toda la boda fue preciosa, ¡qué vamos a decir nosotros!, pero el momento de la entrada tanto de nuestros sobrinos como mío a la ceremonia fue muy emotivo”, explica Tania.
“Las luces, que hacían de ese lugar un lugar mágico, sentir que teníamos tan cerca a toda la gente que queremos y el vernos el uno al otro después de tantos meses de esfuerzo… ¡Fue precioso y ambos lloramos como niños! ¡Nacho un poco más!”, añade divertida.
“La fotógrafa, Marjorie González, que además de ser una fotógrafa increíble es una gran amiga, supo captar cada momento y nos brindó unas fotos que no pueden estar hechas con más cariño”.
Luna de Miel
Tania y Nacho disfrutaron de una luna de miel de 23 días a lo largo de Vietnam, Camboya y Maldivas. “¡Sin duda ha sido el broche final perfecto para cerrar este capítulo!”, aseguran.
Os deseamos mucha felicidad, pareja.