soñar con una boda puede ser bueno o malo
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Karlos Arguiñano cuenta como fue el menú de su boda que avergonzó a su suegra hace 51 años

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Es el cocinero más famoso de la televisión y también el más carismático, haciéndonos partícipes de sus propias experiencias

Esta vez sorprendió a todos sus seguidores contando algunos detalles del día de su boda, concretamente del menú que ofrecieron cuando él y su pareja se dieron el “sí, quiero”. En ese entonces, Karlos tan solo tenía 26 años, pero ya tenía un impecable curriculum que vaticinaba un futuro brillante como cocinero. Trabajó en las cocinas de los hoteles Londres y María Cristina, en San Sebastián, y después regentó una cafetería en Zarauz. Más tarde fue director de las cocinas del Real Golf Club de la misma ciudad y fue ahí cuando contrajo matrimonio con su esposa, Luisi Ameztoy, el amor de su vida. 

Más de medio siglo juntos y siete hijos en común demuestran el auténtico amor para toda la vida. La pareja se casó antes de que Karlos Arguiñano legara a la pequeña pantalla. Se casaron en 1974 y celebraron la boda con un gran banquete y con un menú que no encantó a todos, así lo contó Karlos en la emisión de Cocina abierta de Karlos Arguiñano. 

El menú de boda de Karlos Arguiñano

El menú con el que deleitaron a sus invitados estaba compuesto por “sopa de ajo, cordero asado y fresas con vino”. Pero parece que el menú elegido no gustó mucho, sobre todo, a la suegra del cocinero. “Era ‘pescatera’ y le dio mucha vergüenza. ‘Ay, qué novio se ha echado mi hija que pone sopa de ajo para el día de la boda. Ella, que tenía una pescadería, puso una mesa grande a la entrada todo lleno de cigalas porque le daba vergüenza lo de la sopa de ajo”. Sí, parece que a la suegra no le gustó mucho la idea de la sopa para una boda, así que, ella encontró una solución rápida: una lluvia de cigalas para todos. 

“Yo estaba orgulloso de mi sopa de ajo. Y sigo estándolo. Así de sencillo. Como mucha más sopa de ajo que cigalas”. A día de hoy Arguiñano sigue defendiendo su plato a capa y espada. Ahora solo esperamos que haga pronto la receta para poder copiarla, aunque nosotros nos pensaremos más lo de ponerla en la boda. 

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