Hasta Media Noche es una empresa de organización de eventos especializada en bodas e integrada por un equipo que comparte su pasión por crear días inolvidables.
Todo empezó con dos amigas que se conocieron cuando apenas tenían tres años, Belén y Cristina. La timidez de una y la charla constante de la otra formaron una pareja inseparable, que años más tarde se encontró en la notaría firmando el inicio de esa gran aventura. «Nuestra trayectoria profesional anterior estaba ligada al mundo legal», explican. «Tras años de dedicación en Tribunales y despachos, decidimos dar un giro y apostar por algo que nos llenara el corazón». Así nació Hasta Media Noche, un proyecto para acompañar a parejas que buscan una boda especial, trabajando con un mismo objetivo: convertir la boda imaginada en realidad.
«El nombre surgió casi por casualidad una noche de insomnio después de descartar muchas ideas». El logo, en cambio, apareció en la mente de Belén, la parte más creativa de la empresa, que tuvo que pensar cómo plantear la idea a Cristina, «aunque añadirle una lámpara de araña sabía que terminaría convenciéndola». «Desde entonces, hemos ido ampliando el equipo manteniendo nuestra personalidad y añadiendo nuevos perfiles que nos han enriquecido y aportado nuevos puntos de vista. Para nosotras, la satisfacción de ver a una pareja disfrutar de su gran día hace que cada larga jornada valga la pena. Nuestro compromiso es ofrecer cercanía, dedicación y originalidad, siempre con la ilusión de que cada boda sea exactamente como la habían soñado los novios… o incluso mejor».

Hasta Media Noche, una empresa d e organización especializada en bodas
¿Es fácil trabajar con tu mejor amiga?
Trabajar con tu mejor amiga es una experiencia que combina emoción, complicidad y, a veces, un reto diario. Desde el principio éramos muy conscientes de que surgirían diferencias de criterio y momentos de presión, sobre todo en una actividad tan dinámica como la planificación de bodas. Sin embargo, nuestra amistad nos ha permitido sobrellevar esas dificultades con una confianza mutua que va más allá de lo meramente profesional.
Cada una posee un estilo de organización diferente y unos talentos que, puestos al servicio de la empresa, se complementan a la perfección. A la hora de repartir tareas, nos gusta aprovechar la personalidad más creativa de una y el enfoque más meticuloso de la otra, de modo que cada proyecto refleje un equilibrio entre la visión artística y la planificación
minuciosa. Además, nos apoyamos cuando surgen contratiempos y eso, sin duda, fortalece tanto la empresa como nuestra relación.
Creemos firmemente en la importancia de separar el terreno laboral del personal, sin perder nunca de vista la cercanía y la calidez que nos caracteriza. Al final del día, seguimos siendo dos amigas que crecieron juntas y compartieron sueños antes de convertirlos en realidad. Esta conexión personal es la que transmitimos a nuestros clientes, ofreciéndoles no solo un servicio profesional, sino también una atención cercana que nace de la empatía y del afán por crear momentos inolvidables.
«Una wedding planner permite disfrutar de la organización de la boda sin renuncias»
¿Por qué creéis que es interesante que las parejas contraten el servicio de wedding planner?
Contratar a una wedding planner significa no tener que enfrentarse solos a todos los preparativos de la boda. Durante los meses previos al gran día, somos ese apoyo constante que ayuda a planificar cada detalle y, sobre todo, a anticipar cualquier imprevisto. Nuestro objetivo es que nuestras parejas puedan disfrutar del proceso y también de su vida diaria, sin cargar con todo el peso de la organización y sin tener que renunciar a nada.
Para nosotras, acompañar significa estar disponibles siempre que haga falta: aconsejando, proponiendo ideas, gestionando proveedores … Gracias a esa cercanía, creamos un vínculo de confianza en el que las parejas se sienten cómodas para opinar, preguntar y dejarse guiar. Así, llegamos juntos a una boda que no sólo se ajusta a lo que habían soñado, sino que también refleja quiénes son realmente.
En definitiva, un wedding planner ofrece tranquilidad. Saber que hay alguien pendiente de cada detalle, con la experiencia y el conocimiento necesarios para solventar incidencias, aportando tranquilidad. Al final, la celebración solo se vive una vez y poder disfrutarla sin preocupaciones es, sin duda, el mejor regalo que podemos ofrecer a las parejas.
«El mejor regalo de nuestra profesión es el vínculo que creamos con nuestros clientes»
Vuestra relación con vuestros clientes es muy cercana
Para nosotras, la relación con cada pareja va mucho más allá de una simple gestión de proveedores y calendarios. Desde el momento en que nos contratan, queremos que sientan que tienen un equipo a su lado que de verdad se implica y comprende su ritmo de vida. Por eso, uno de nuestros pilares es la flexibilidad total: sabemos que el día a día puede ser frenético, así que proponemos dedicar tiempo de calidad a la organización de la boda, en un ambiente relajado donde podamos conversar tranquilamente con un café o una copa de vino, lejos de la prisa de la oficina o de la sala de reuniones. Hemos vivido en primera persona lo que supone tener que tomar decisiones rápidas entre reunión y reunión, o incluso refugiarnos en la escalera de incendios para contactar con proveedores. Precisamente por eso, queremos que nuestras parejas disfruten de todo el proceso sin esa sensación de agobio. Nos adaptamos a sus horarios y circunstancias personales para que organizar la boda se convierta en algo emocionante y, sobre todo, cercano.
Con el paso del tiempo, hemos comprobado que esta forma de trabajar crea un vínculo muy especial con quienes confían en nosotras. Nos encanta ver cómo, después de su gran día, muchos siguen siendo amigos cercanos a los que acompañamos en otros momentos importantes de sus vidas. Esa sensación de familia extendida es, sin duda, el mejor regalo que nos ha dado esta profesión.
¿Este aspecto es lo que más os gusta de vuestro trabajo?
Lo que más nos entusiasma de nuestro trabajo es, sin lugar a dudas, ese momento en el que vemos a la pareja disfrutar en su gran día, celebrando con la familia y los amigos y sabiendo que todos los meses de planificación, bocetos y reuniones han cobrado vida. Para nosotras es muy especial ser testigos de cómo cada idea, cada detalle que fuimos puliendo juntos, se traduce en emociones reales y recuerdos que se quedarán con ellos para siempre.
A lo largo de toda la organización, ponemos especial cuidado en que, cuando llegue la fecha señalada, los novios y sus seres queridos puedan centrarse únicamente en disfrutar. Siempre surgen imprevistos o cambios de última hora, es algo normal y prácticamente inevitable, pero nuestro papel consiste precisamente en anticiparnos y solventarlos sin que la pareja tenga que cargar con esa preocupación. Nos encanta ver cómo, en lugar de angustiarse, los novios viven cada instante con tranquilidad y complicidad, porque esa sensación de libertad y disfrute total es, en definitiva, lo más importante para nosotras.
Claves de la organización de tu boda con Hasta Media Noche
¿Qué servicios ofrecéis a los novios?
En Hasta Media Noche creemos que cada boda debería contar la historia de sus protagonistas, así que nuestro primer paso siempre es conocer a fondo a cada pareja: sus ilusiones, su estilo y ese toque personal que los hace únicos. Esa cercanía es la que nos permite convertir en realidad la boda que han imaginado y, a la vez, disfrutar juntos del proceso.
En cuanto a nuestros servicios, nos gusta adaptarlos a lo que cada pareja necesita. Sin embargo, solemos hablar de dos grandes servicios, el Servicio Integral y la Coordinación del día de la boda.
El Servicio Integral está pensado para quienes quieren dejarlo todo en manos de profesionales, ya sea porque tienen poco tiempo, viven en el extranjero o simplemente desean disfrutar del camino sin agobios. Con este servicio, los acompañamos desde el primer “¡Sí, quiero casarme!” hasta el final de la fiesta. Les proponemos proveedores, comparamos presupuestos, diseñamos la decoración y coordinamos cada detalle, de modo que no tengan que preocuparse por nada más que disfrutar de cada momento.
El Servicio de Coordinación es perfecto para parejas que quieren implicarse directamente en la organización, negociando con proveedores y dando forma a todos los preparativos, pero que en el gran día prefieren desconectar de cualquier gestión. Nosotras nos encargamos de supervisar cada detalle, atender a los invitados y solucionar esos imprevistos de última hora, para que la pareja viva su boda como realmente merece: sin distracciones, solo celebrando.
Cuando organizáis una boda, ¿por dónde empiezáis? ¿Qué es lo más importante para vosotras?
Lo primero y más importante es tener una primera toma de contacto con la pareja. Esa primera conversación es clave, ya que nos permite conocer su historia, sus inquietudes, cuáles son sus prioridades y, por supuesto, conocer el presupuesto con el que se sienten cómodos. Cada pareja tiene una idea distinta del día de su boda y ese es el verdadero reto, pero también la magia de nuestro trabajo. Conocer esa esencia es lo que nos permite saber qué es lo que les hace especiales como pareja.
A partir de ahí, comenzamos a diseñar el día teniendo en cuenta aspectos como la temporada del año en la que quieren casarse, el tipo de escenario que imaginan (ya sea una finca, un espacio urbano o un entorno más bucólico) y el estilo de ceremonia que desean. Todo parte de sus gustos y su personalidad: cada detalle se moldea en función de lo que para ellos sea más significativo.
Nos encanta que las posibilidades sean infinitas, porque cada boda es un nuevo lienzo que podemos llenar con la esencia de la pareja. El proceso de idear y dar forma a cada celebración de manera diferente, adaptándola a sus deseos y vivencias, es, la parte que más nos inspira de nuestro trabajo.
¿Tenéis proveedores de confianza?
Contar con proveedores de confianza es esencial para asegurarnos de que cada detalle de la boda se ejecuta tal y como lo hemos planificado. A lo largo de estos años hemos creado fuertes relaciones con diferentes profesionales con quienes compartimos horas de diseño, reuniones y, por supuesto, la ilusión de ver cómo todo cobra forma en el día de la boda.
Nos gusta trabajar con profesionales que no solo sean excelentes en su especialidad, sino que también comprendan la importancia de la comunicación y el trabajo en equipo. Cada proveedor tiene un papel fundamental en la celebración, así que es crucial que estén perfectamente coordinados y sepan qué se espera de ellos. Nuestra labor consiste en conectar todas esas piezas y hacer que funcionen como un engranaje perfecto. Cuando todos remamos en la misma dirección, el resultado se traduce en un día inolvidable para la pareja y, para nosotras, en la tranquilidad de saber que lo que diseñamos, finalmente, cobra vida tal y como lo habíamos imaginado.
«La boda solo sucede una vez y hay que saber reaccionar con agilidad»
¿Qué es lo más difícil que os han encargado durante la organización de una boda?
A lo largo de estos años nos hemos enfrentado a situaciones bastante desafiantes y, a la vez, muy estimulantes. Por ejemplo, cuando estuvimos pujando por unas botellas de vino exclusivas para brindar en la boda; o aquella vez en la que viajamos junto con la novia con el vestido de novia diseñado en el extranjero.
Uno de los encargos más especiales, principalmente por la pareja para la que lo planificamos, fue diseñar una ceremonia persa tradicional. Fue un auténtico juego de equilibrios culturales, donde cada detalle tenía un significado muy particular. Es en este tipo de desafíos donde más disfrutamos, porque nos apasiona descubrir nuevas costumbres, incorporar elementos únicos y, sobre todo, ver cómo la boda refleja la personalidad de los novios. Cada pareja que quiere darle su propio sello a la celebración nos inspira a ir un paso más allá para convertir ese momento en algo realmente inolvidable.
¿Qué aportan a vuestro trabajo vuestros trabajos anteriores?
Nuestra experiencia laboral previa nos acostumbró a trabajar en situaciones donde la presión era constante y los imprevistos formaban parte del día a día. Aprendimos a analizar cada situación con rapidez, a mantener la cabeza fría y a anticipar posibles dificultades antes de que se convirtieran en un problema real. Ahora, en la organización de bodas, todas esas habilidades resultan de gran ayuda: el gran día solo sucede una vez y no hay opción a repetir, así que es fundamental saber reaccionar con agilidad.
Además, nos enseñó el valor de la comunicación y del trabajo en equipo. En un evento con tantos proveedores y detalles involucrados, es vital que cada persona sepa cuál es su función y que todas las partes estén perfectamente coordinadas. Nosotras creemos que la clave está en el equilibrio: por un lado, coordinar y supervisar cada detalle; por otro, brindar a la pareja la seguridad de que todo está bajo control, de modo que puedan disfrutar de su celebración sin sobresaltos. Esa mezcla de planificación rigurosa, capacidad de reacción y sentido de la colaboración, es precisamente lo que más nos ha aportado nuestra trayectoria anterior.
¿Alguna anécdota divertida?
Lo cierto es que hemos tenido muchas anécdotas inolvidables. Hace unos años organizamos una boda en un precioso y frondoso bosque, en la que el perrito de la pareja se convirtió en el invitado estrella. Hasta el momento de intercambiar las alianzas, todo transcurría como un auténtico cuento de hadas: discursos emotivos, votos conmovedores y un entorno de ensueño. Pero, justo cuando nuestro pequeño amigo se encaminaba hacia los novios con las alianzas, decidió que su papel merecía más protagonismo y, en un giro inesperado, salió corriendo montaña arriba.
En ese momento, una ágil Belén corrió tras el fugitivo, mientras Cristina intentaba guiarla a distancia con el walkie-talkie, entre risas y la mirada atónita de los invitados. Al final, recuperamos las alianzas y la ceremonia continuó sin más sobresaltos, pero aquella imagen se nos quedó grabada a fuego. Desde entonces, siempre aconsejamos a las parejas que, si quieren involucrar a su mascota en un momento tan especial, guarden las alianzas originales en la mesa de la ceremonia… ¡por si acaso! Al fin y al cabo, ya sabemos que nuestras mascotas también son capaces de convertir una boda en una aventura inolvidable.
«Cada detalle de la celebración debería hablar de vuestra personalidad»
¿Qué les diríais a las novias que nos están leyendo?
Hay algo que repetimos a todas nuestras parejas una y otra vez, y es que es SU gran día. Está bien dejarse aconsejar y tomar inspiración de la tradición, las últimas tendencias o las voces cercanas que quieren aportar su granito de arena, pero, al final, todo tiene que reflejar quiénes sois. Desde la elección de la música hasta el ramo o el momento exacto de entrar en la ceremonia, cada detalle debería hablar de vuestra personalidad.
A veces resulta difícil gestionar tantas opiniones de amigos y familiares y es fácil perderse entre protocolos y convencionalismos. Por eso, nuestro mejor consejo es: escuchad, valorad y luego decidid juntos, centrándoos en aquello que realmente os haga felices. El instante en el que avanzáis hacia el altar es uno de los más especiales que vais a vivir y, en ese preciso
momento, las decisiones que habéis tomado deberían representar vuestra historia y el compromiso que estáis a punto de asumir. ¡Permitíos disfrutarlo tal y como lo habéis soñado!
¿Planeamos algo juntos?
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