Ya lo decían en Grease: ”Para estar bella, hay que sufrir”. Y esto también es aplicable a los fotógrafos de boda. ¿La diferencia? Ellos son los que sufren y los novios los que lucen bellos.
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Las fotografías de boda son uno de los recuerdos más importantes y especiales que tendrás del gran día. Imágenes que verás en 50 años y te harán recordar todo lo que sentiste en cada momento, antes y después del pronunciar “Sí, quiero”.
Por ello, es fundamental contratar fotógrafos de boda que lo den absolutamente todo por ti, aunque, en algunas ocasiones, se tomen demasiado en serio su trabajo. Estos profesionales son atrevidos, entregados y (un poco) locos… ¡Y nosotras tenemos las pruebas a modo de imágenes!
Locuras de los fotógrafos de boda
¡Al agua patos! Este fotógrafo decidió descalzarse y disfrutar de un pequeño bañito mientras los novios posaban para él. Posiblemente cogiese alguna infección, pero el resultado fue de lo más romántico.
El amante. Sólo una pregunta: ¿Quién se atrevería a meterse bajo la falda de una novia que acaba de dar el “sí, quiero” ante los ojos del novio? Pues, por supuesto, uno de estos locos fotógrafos. ¿Con qué sentido? Nadie lo sabe. ¡Existe el Photoshop para crear efectos.
A volar 1.0. Aquí ya pasamos a un nivel superior. Ya no sólo el fotógrafo se juega la vida colgado de su arnés buscando perspectivas únicas, sino que los novios también deciden hacerlo posando al borde de un precipicio. ¿Necesario? No lo creemos.
A volar 2.0. Tenemos que reconocerlo: la foto mola. Pero, de verdad, ¿qué manía tienen estos fotógrafos con estar por los aires? ¿Complejo de Peter Pan? ¡Mejor los pies en la tierra!
Mowgli. Por si habían sido pocos, tenemos a otro más por los aires. Aunque este, al menos, se sujeta a un árbol. Se ve que Mowgli (El Libro de la Selva) era su ídolo.
Efectos especiales. Los efectos especiales de las películas de Hollywood no son nada a comparación de este tazón de agua para crear la lluvia. Nada más que añadir.
“Comiendo” suelo. Los novios sólo querían una bonita foto en la granja. Pero, para ello, este profesional decidió que debía testar la consistencia del suelo, arrastrándose como una culebrilla.
Aunque estas imágenes son muy divertidas, ¡admiramos el trabajo de estos profesionales tan entregados!
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