Para algunos, la vuelta a la oficina se va a demorar un poco más. La dura pandemia que hemos atravesado en los últimos meses ha instaurado un nuevo modelo de vida al que nos hemos tenido que adaptar sobre la marcha.
De un momento a otro, abandonamos las oficinas, las reuniones con nuestros compañeros, el ‘mano a mano’… Y, como sustituto, las videollamadas se convirtieron en la única forma de comunicarnos con el mundo exterior. Una herramienta que se ha convertido en indispensable y que, a veces, resulta agotadora.
¿Cómo usar adecuadamente esta herramienta?
En primer lugar, has de marcar bien los horarios. Por ejemplo, si tu turno es de 8 horas y dentro de ese tiempo has de destinar 4 horas para comunicarte, no te salgas de ese límite. Por un lado, evitarás la fatiga por las videollamadas y, además, destinarás el resto del tiempo para realizar bien el resto de tus tareas.
Es importante pensar en esta herramienta como algo positivo: una oportunidad de comunicarte con tus compañeros y resolver las dudas que se puedan plantear juntos. Si cambias tu manera de enfrentarte a estas reuniones telemáticas, tu manera de interactuar en ellas cambiará de inmediato. La reticencia dejará de ser parte de esas charlas y la cambiarás por energía positiva.
Sin embargo, hay personas que se desenvuelven mucho mejor a través de las tradicionales llamadas telefónicas. Si es tu caso, no dudes en comunicárselo al resto de tu equipo. Seguro que sabrán entenderlo y juntos podréis adaptaros mucho mejor. Esto no implica que las videollamadas vayan a cesar, sino que podréis encontrar el equilibrio entre ambas herramientas para que a nadie le resulte sobrecargado.
Todo apunta a que el teletrabajo ha llegado para quedarse, así que la mejor, y única, manera de sobrellevarlo es ofreciendo la mejor actitud.