Vestido
En un lugar muy lejano, una joven muy bella que no tenía padres, sino madrasta, encontró a su príncipe azul, con el que después se casaría, gracias a un zapato de cristal. La joven Cenicienta, que vestía de trapos sucios, se convirtió en una verdadera princesa gracias a su hada madrina, la firma Bailly Bijoux, que apostó por crear un vestido distinto en un invernadero de cristal rodeado de naturaleza.
Vestida con un diseño azul con cuerpo transparente en tonos carne y detalles de incrustaciones y estampado de ramas azules. La falda, que se dejaba caer desde la cintura, era completamente lisa con varias capas que bailaban al compás de los movimientos de nuestra princesa.
El zapato olvidado que después la reuniría con el príncipe encantador, en este caso, no fue de cristal, pero si de una auténtica princesa de cuento de hadas: dorados, brillantes que destacaban sobre el resto del vestido como toque final e iluminador de una novia 10.
El peinado, un moño bajo, se dejaba sujetar por una fina cinta que cerraba en un lazo y el maquillaje se caracterizaba por unos labios en tono rouge y sombra oscura para los ojos, confeccionado por Almudena Pais Gómez. Por último, nuestra protagonista decidió escoger unas pequeñas perlas para los pendientes como única joya.
Ceremonia y celebración
Por supuesto, Cenicienta para su ceremonia escogió el bosque (Hacienda Nadales). Las hojas secas del otoño completaban una decoración única, con una silla imperial blanca que destacaba sobre los tonos verdosos de la naturaleza, mesas de madera y cuadros con frases de cuento que la recordaban su hechizo. Además, en un rinconcito el reloj zumbaba sus manillas bajo una mesa llena de calabazas doradas, esperando a que las 12 de la noche llegaran para desaparecer tras el hechizo, para convertir de nuevo a nuestra protagonista en una joven al servicio de su madrastra, sin el príncipe encantador, sin vestido…
Los ratoncitos, el equipo de Conmuchogustowp y Peggy&Co, le ayudaron también a decorar la mesa del banquete con un centro de mesa compuesto por calabazas de distintos colores, piedras preciosas, una cubertería de porcelana con un servilletero dorado para las servilletas en forma de hojas y unos candelabros de plata para dar luz. El detalle más destacado, el menú de Cenicienta y el príncipe encantador, expuesto en cada uno de los platos en tono azul. Las sillas de metraquilato de Decoración Chillout, completaban con la decoración.
Por último, queremos destacar las invitaciones. Con la frase “Un baile hizo que nos conociéramos, un zapato perdido nos unió y de la unión surgió el amor” remataban la fecha, hora y el lugar de la celebración. Todas ellas en color azul envueltas con una banda de encaje (del mismo color) e hilo.
