Obras de arte, vuelos en avión, nubes… Si pensarlo ya parece increíble, imagínate vivirlo. Imagina que alguien hace todo esto única y exclusivamente para ti. Pues no, no es un sueño, es real. Así fue la sorprendente pedida de mano de esta pareja. ¡Muy atentos!
La pedida de mano de Sean a Daniela
Si eres fan de las películas de amor y sigues creyendo en el romanticismo, esta historia se convertirá en una de tus favoritas. Se trata de una de pedida de mano, pero lee muy atenta y hasta el final. Te va a encantar.
¿Cómo se conocieron?
Daniela y Sean se conocieron celebrando el amor. Coincidieron por primera vez hace 4 años en la boda de un amigo en México. Fue mágico, ambos se sintieron atraídos al instante el uno por el otro. Daniela aún recuerda las mariposas que sintió ese momento. Pero, como todo cuento, no todo iba a ser fácil. Ambos acababan de salir de relaciones complicadas y sabían que era demasiado pronto. Pasaron meses hasta que de repente, un día de abril, el móvil de Daniela sonó. Era él. Ahí empezó todo.
¿Cómo se lo pidió?
Eran ya cuatro años de noviazgo. En una noche fría y lluviosa en Manhattan, Sean insistió en llevar a Daniela a una galería de arte. Una galería montada absoluta y únicamente para Daniela, cuidada con todo detalle, desde el artista de las obras hasta los invitados, para hacer de ella la pedida de mano más mágica del mundo. ¡Eso es amor!
Mientras recorrían el primer piso, Sean preguntó al artista el nombre de la exposición y este respondió: “Le Nadia – una hermosa mujer francesa de la que me enamoré”. Si Daniela hubiese estado más atenta, se hubiese percatado de que ‘Le Nadia’ era ‘Daniela’ reorganizado. Pero esto fue solo el principio de la increíble sorpresa que le esperaba. Cada obra de arte que había estaba relacionada con su relación: una pintura con el número de días que habían pasado juntos, un cuadro de un padre y una hija discutiendo (Sean dice que es su padre algunas veces), e incluso una pared gigante con 43 globos, haciendo homenaje a su película favorita ‘UP!’.

A pesar de la multitud de señales que rodeaban a Daniela, ella seguía perdida. Cuando entraron en el segundo piso, se encontraron con una habitación repleta de globos y una pantalla de televisión. Tras un aburridísimo video sobre arte, comenzaron a aparecer nubes que se movían lentamente. Daniela no imaginaba que esas nubes cambiarían su vida para siempre. Su pedida de mano se acercaba.
De repente, comenzó a su sonar su canción favorita y las nubes se convirtieron en vídeos de la pareja. Vídeos de todos los momentos que habían vivido juntos. Cada risa, cada lágrima, cada victoria, cada derrota, Daniela tenía todo ante sus ojos. Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Sean apagó el vídeo, sonrió, y se lo pidió de forma que sólo ellos podían entenderlo: “¿Qué dices, amiga, qué dices?” Daniela rió y contestó: “¡Por supuesto, bebé!”

¡Más sorpresas!
Daniela pensaba que su pedida de mano ya había cubierto todo el cupo de sorpresas, pero una vez más se equivocó. Mientras subían las escaleras, Sean le dijo el primer ‘te amo’ como prometidos a Daniela. Fue entonces cuando abrió la puerta y ¡sorpresa!

Todos sus familiares y amigos estaban ahí, hasta su familia de Dallas había volado para reunirse en secreto. El resto ya fue disfrutar, beber y bailar juntos y para el resto de sus vidas. Sean consiguió, tras 1323 días juntos, hacer que Daniela tuviese la noche más increíble de su vida, algo que jamás olvidaría.